En la era en donde los divorcios proliferan y la norma es ver a parejas sin compromiso o sin hijos, los cristianos debemos seguir creyendo en la familia y su propósito divino. Es la iglesia quien necesita levantar a una generación que no se olvide de la importancia del matrimonio. Después de todo, si no fuera tan importante, ¿crees que el enemigo estaría tan interesado en destruirlo?

La base de un matrimonio inquebrantable

Todas las parejas atraviesan diferentes luchas, ninguna es igual que la otra, pero algo sí tienen en común y es la necesidad de la intervención de Dios. Si Él creó el matrimonio, Él tiene todas las herramientas para hacer que funcione. 

El fundamento de todo matrimonio inquebrantable es la unión de sus tres partes. Sí, leíste bien, son tres: Jesús, el esposo y la esposa. Si hay sincronía entre estos tres elementos, no habrá ninguna prueba que sea muy grande como para superarla. 

Conviértete en la persona correcta

Esta frase no solamente aplica para los solteros, pero sí que ayuda para encontrar pareja. No hay forma de esquivar esta realidad, tú atraes lo que eres. Así que no pidas encontrar a una persona con ciertas características espirituales, físicas o emocionales si tú no las adquieres primero. Enfócate en crecer en todas las áreas para poder estar preparado o preparada para recibir a la persona correcta. 

Por otro lado, si ya estás casado, concéntrate en permitir que Jesús moldee tu carácter. Antes de exigirle a tu pareja que te haga feliz, sé tú quien ofrece amor, servicio y todo lo que él o ella necesita. 

Tres principios para un matrimonio inquebrantable

  1. Debe estar fundado en la Palabra de Dios: La Biblia le da profundidad al matrimonio porque lo superficial solo se concentra en los quehaceres de hoy, pero la Palabra nos hace ver el futuro y nos enseña a cultivar y trabajar en aquello que queremos lograr juntos. 
  2. Un amor de servicio: Si ya no somos dos, sino uno, todo lo que yo hago afectará directamente a mi pareja. El matrimonio es sacrificial y no egoísta, así que cada día puedes atender a tu pareja y hacerle saber cuánto le amas. Además, no se olviden de la intimidad sexual, la cual es sagrada y es el acto a través del cual nos convertimos en una sola carne. 
  3. El matrimonio se fortalece en comunidad: La iglesia es el mejor lugar para acudir por consejo o rodearte de personas de fe que te inspirarán, orarán por ti y creerán por tu matrimonio. Enséñale a tus hijos a congregarse y verás cómo cada miembro saldrá bendecido.