¿Eres feliz en tu matrimonio? Si contestar esta pregunta te tomó unos minutos, es momento de hablar. Antes de desanimarte, lee esto.
Permítanos comenzar diciendo que la felicidad no es lo mismo que la alegría; por un lado está ese sentimiento momentáneo producido por un impulso exterior a lo que llamamos “felicidad”, y por el otro está la “alegría” que es una constante porque es parte del fruto del Espíritu Santo.
La alegría es una decisión y algo que se debe cultivar en el matrimonio y en la vida. De esta manera, aunque las circunstancias por las que pasemos no sean tan buenas, nuestra relación no sufrirá las consecuencias. Hoy les compartimos cuatro hábitos para cultivar el gozo y la dicha.
“A” de Apreciación
Uno de los anhelos más profundos del ser humano es ser apreciado por lo que es y hace. Cultiven las palabras de afirmación y los gestos para validar el esfuerzo del otro, así como también la gratitud por lo que la otra persona es. No le den espacio a la narrativa negativa que les incapacita ver aquellas cosas buenas de su pareja.
“B” de Bondad
Extender gracia y ser generoso es un hábito, por lo que se debe ejercitar. Observen con atención cuáles son las necesidades de su pareja y extiendan una mano para terminar la tarea más rápido o ayudar a solucionar un problema. Si Dios nos manda a servirnos unos a los otros, que el primer testigo de ello sea nuestro esposo o nuestra esposa.
“C” de Curiosidad
Cultivemos la curiosidad para conocernos más. Puede que lean esto y digan: “Yo conozco absolutamente todo de mi pareja”, pero se podrían llevar una buena sorpresa al hacer nuevas y más interesantes preguntas. Escuchen con humildad, no como quien piensa saber todas las respuestas, y disfruten de conocerse a otro nivel y en otro ambiente.
“D” de Diversión
Salgan a caminar, vean una película juntos, practiquen un deporte, lean un libro o envíen publicaciones de internet divertidas. No importa cómo se vea la diversión para ustedes, lo importante es que la hagan surgir a partir de cualquier circunstancia. Son estas pequeñas acciones las que despertarán una nueva temporada en su matrimonio y provocarán el disfrute.
“Estén siempre alegres. Sean agradecidos en toda circunstancia, pues esta es la voluntad de Dios para ustedes, los que pertenecen a Cristo Jesús” – 1 Tesalonicenses 5:16-18 NTV
Ahora bien, así como hay acciones que promueven la alegría en el matrimonio, también las hay que pueden apagarla. ¡Cuidado con estos enemigos!
- La preocupación
- las rutinas,
- la comparación,
- el enojo.
La vida trae consigo problemas y desafíos, hagan de su matrimonio un oasis ante todo esto. Comiencen, paso a paso, a cultivar la alegría en su relación.